La Rectora de la UCV, Doctora Cecilia García-Arocha Márquez, en su discurso con motivo de la graduación de 174 nuevos profesionales de Ingeniería, los felicitó y exhortó a seguir forjando un país de progreso.

Palabras de la Doctora Cecilia García-Arocha Márquez, Rectora de la Universidad Central de Venezuela,
con motivo del acto de grado
de la Facultad de
Ingeniería
(Viernes, 26 de noviembre de 2021)
Con gran alegría y orgullo, las autoridades rectorales y decanales de la ilustre y Tricentenaria Universidad Central de Venezuela, hacemos presencia en nuestra casa de estudios, para cumplir con el obligado compromiso de entregar el merecido título a ustedes, graduandos de la facultad de ingeniería.
No cabe en nosotros esta inmensa satisfacción, y muy especialmente a mí, en mi condición de Rectora de la UCV, por el hecho de estar llevando a cabo los actos de grado de las distintas facultades, a pesar de los innumerables inconveniente que afrontamos dentro y fuera de nuestra institución; pero, ni la pandemia, ni los complejos problemas presupuestarios y sociales que nos envuelven, han podido impedir que cumplamos con este sagrado deber que nos exige la sociedad y el país en pleno.
Por ello, al llevar a cabo, hoy, este importante evento académico en nuestra Tricentenaria Universidad Central de Venezuela, nos sentimos sumamente orgullosos y complacidos, porque para toda casa de estudios superiores, un acto de grado significa, no sólo, conferir los respectivos títulos a quienes exitosamente culminan su carrera, con lo que legitimamos académica y legalmente el esfuerzo realizado; sino que, además, estamos enriqueciendo a la sociedad y al país en general con el aporte de nuevos y valiosos profesionales; a toda una colectividad que espera de ustedes, graduandos, una actuación acorde con los conocimientos que han obtenido, con los
principios éticos que los identifican y con la ejecución de una acción positiva en lo que se refiere al desarrollo de programas y proyectos propios de su especialidad y que serán de interés y provecho general para nuestra nación.
Así mismo, para ustedes estimados graduandos y para los universitarios en general, el acto de grado abarca una variedad de inolvidables facetas implícitas en su devenir por la universidad: el tránsito durante varios años por sus aulas, pasillos y jardines; el haber obtenido de ella lo productivo de sus enseñanzas y el real valor de lo aprendido; la convivencia con sus compañeros y profesores; la asimilación del respeto y de la tolerancia a la disidencia; el precio de la libertad y el concepto de la verdadera democracia. También involucra la visión del futuro Inmediato: el qué hacer; los incipientes pero Esperanzadores proyectos; la preocupación por un porvenir todavía incierto, pero fascinante; el continuar creciendo cultural e intelectualmente; y el próximo desempeño que se avecina, como ciudadanos útiles a la nación. Todos estos aspectos y puntos de vista, institucionales y personales, se conjugan para consolidar la verdadera visión objetiva de lo que representa la universidad… de lo que significa el ser universitario; y esencialmente, la inmensa satisfacción de ser ucevista; y se conforma así en una sola fusión: la maravillosa combinación de esta multiplicidad de acciones.
Por tales razones, nos enorgullecemos en reiterar, en nombre de todo el equipo rectoral, de la decana de la Facultad, del personal docente de la Universidad Central de Venezuela, y en el mío propio, nuestras más efusivas felicitaciones por la celebración de este magno evento. Mis congratulaciones también a sus familiares, amigos y allegados que coadyuvaron desinteresadamente en la consecución de vuestros objetivos. Nos unimos a todos en este momento de júbilo y formulamos votos –desde ya– por un próximo ejercicio profesional colmado de éxitos.
Me voy a permitir dirigir unas palabras para hacer mención de un hecho histórico y trascendental que está próximo a presentarse; dentro de poco menos de un mes, nuestra ilustre Universidad Central de Venezuela cumplirá trescientos años de fundada: desde aquel 22 de diciembre del año de 1721, cuando nació, hasta esta fecha, la UCV se ha bañado de gloria y de un grandioso e incuestionable prestigio;
nuestra casa de estudios ha sido durante tres siglos un baluarte de la academia, de la libertad y de la democracia; ha formado ilustres personalidades y ha demostrado ser verdaderamente, “la casa que vence la sombra”. Y con un inmenso orgullo, nos permitimos afirmar que somos partícipes y presenciales testigos de esa historia. Nosotros, como autoridades, nos emociona saber que, en un pequeño, pero profundo trecho de su existencia, hemos dado el ejemplo de cuidarla, de protegerla y de entregar nuestra vida para preservar su vigencia y su autonomía. Y ustedes, apreciados graduandos, son igualmente protagonistas de este evento. Trescientos años de existencia, tres siglos de vida, la Universidad Central de Venezuela, la joya de Simón Bolívar y su Ciudad Universitaria, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Y he allí, que con el pensamiento de sus trescientos años, esa concepción serena de nuestro diario quehacer de quienes regimos los destinos de nuestra casa de estudios, mantenemos la seguridad y la certeza de que, a pesar del desconcierto que rodea a la colectividad, tenemos conciencia y plena confianza de que estamos cumpliendo con el sagrado deber que nos exigen la sociedad y las leyes; y, que hoy, a pesar de esas circunstancias, le estamos entregando al país 174 valiosos profesionales capaces, que reconfortados con los más altos valores morales, pondrán muy en alto el nombre de la Universidad Central de Venezuela y serán dignos ejemplos para esta generación; y por qué no, para las venideras. Por tales paradigmas, son ustedes también, apreciados jóvenes, líderes impulsores de la cultura de paz, la que han aprendido y cultivado aquí, en esta su casa y la cual representa signo inequívoco de tranquilidad, igualdad, respeto y de un mejor camino para la consecución de la felicidad plena de nuestro pueblo.
Por estas y por otras múltiples razones tenemos la inquebrantable obligación de mostrar al país la verdadera cara de la Universidad Central de Venezuela: libre, democrática, creadora, plural, pacífica y autónoma… Y permítanme recalcar esta última concepción ¡autónoma! Porque al referirnos a la autonomía, debemos insistir en que es ella el centro de lucha que libramos los universitarios; puesto que la autonomía no es más que el respeto a la constitución y a la ley de universidades que nos rige. Es la esencia misma de la universidad en su función creadora. Este principio, tan antiguo como la misma institución universitaria, constituye un baluarte de la libre expresión, a la que no es posible concebir dentro de un sistema distinto al de la libertad en todos sus aspectos. La autonomía es una condición indispensable para que la Universidad pueda asumir y desempeñar libremente las funciones que le asigna la sociedad e impide la sumisión ante intereses externos, transgredida sólo en regímenes no democráticos.
Apreciados graduandos, gocemos hoy con beneplácito y con suma complacencia este hermoso instante en nuestra universidad; disfrutemos vuestra presencia como dignos representantes de la facultad de ingeniería y verdaderos ucevistas. Presencia que nos devuelve la fe y la esperanza de tener muy pronto una Venezuela distinta y mejor.
Vamos hoy a otorgar sus títulos a 174 nuevos profesionales de las escuelas de ingeniería civil, eléctrica, geodesia, geofísica, geología, hidrometeorología, mecánica, metalúrgica, minas, procesos industriales, petróleo y química, carreras con un contenido académico de un gran impacto social, que la colectividad se Enriquece y celebra al recibirlos. Felicitamos y le extendemos un sincero y fraternal abrazo a su personal docente y a su decana, Dra. María Antonieta Esculpi de González, por el loable trabajo que llevan a cabo en la conducción de esta importante facultad de la Universidad Central de Venezuela.
El evento de hoy constituye un acontecimiento de inmensa importancia y de perenne y grata recordación; ya que no sólo significa la obtención de un título, sino que también indica el inicio de un profundo cambio como individuos; comienza, a partir de este momento, una etapa en vuestras vidas en que se asoma la esperada y obligada madurez que les conducirá hacia la estabilidad de vuestra conducta y personalidad, les permitirá emprender la ruta hacia otros horizontes, trazar nuevos caminos y coadyuvar en la construcción de un país diferente, de una Venezuela mejor, de una sociedad que hoy más que nunca exige, espera y requiere de un cambio sustancial en todos los sentidos.
Estimados graduandos de la Facultad de Ingeniería, parten ustedes en circunstancias sociales sumamente comprometedoras; pero deben ver el futuro inmediato como una exitosa salida en medio de las adversidades que nos circundan. La formación que han recibido en esta Tricentenaria Universidad Central de Venezuela, significa un maravilloso baluarte que les gratifica y les arraiga el verdadero sentimiento ucevista y les proporciona la inminente capacidad profesional que les acompaña. Al concluir este acto, se hará presente ante ustedes una nueva realidad: la del ejercicio profesional. Una realidad que tendrán que llevar a cabo en una Venezuela plena de dificultades, pero cuya sociedad conserva aún la esperanza de un mañana promisorio y mejor. Nosotros como docentes, como académicos, tenemos la completa seguridad de que entregamos al país profesionales científica, tecnológica y humanísticamente capaces, quienes proseguirán su avance en la búsqueda de mayores conocimientos acordes con el progreso de las ciencias; y tenemos conciencia plena de que vuestra conducta ciudadana transcurrirá rodeada de los valores éticos que les hemos impartido y transmitido.
Jóvenes profesionales, a partir de este momento, una nueva dimensión tomará vuestra existencia. La universidad les dotó de los instrumentos y mecanismos con los cuales habrán de labrar sus destinos. Nuestro inminente deseo es que sea el éxito la consigna que los acompañe por siempre. Asuman con responsabilidad y seriedad el nuevo compromiso que les depara el destino y transiten este nuevo ciclo de su vida con verdadera confianza, ya que la UCV les ha preparado de manera generosa y constructiva para que no vacilen ni un instante de vuestra capacidad.
No olviden, apreciados graduandos de ingeniería, que llevan el sello de la ilustre y Tricentenaria Universidad Central de Venezuela; y que ustedes son el fiel reflejo de esta casa de estudios: cultura de luz y paz, libre, plural, democrática, y por siempre autónoma.
Muchas gracias.-