En un homenaje que adquirió visos de intimidad y elevación atribuido a los antiguos círculos literarios y de poesía, la Facultad de Medicina organizó un magnífico evento, durante el día de ayer 22 de diciembre de 2021, dedicado a los 300 años de la Universidad Central de Venezuela.

Es muy probable que, a esa misma hora, 3 siglos antes, considerando la diferencia de los husos horarios, Pedro Cayetano Fernández, Secretario de Despacho del rey Felipe V y el correspondiente Oidor, estuviere tomando nota de la Real Cédula emitida el 22 de diciembre de 1721, motivo del acto mencionado.
La programación incluyó exposiciones de los profesores, Daniel Sánchez, Egleé Benitez y Jesús Rodríguez, quienes con solvencia intelectual abordaron los temas referidos a los orígenes y evolución de la UCV, dedicando especial atención a los principios y valores del historial de la Casa que vence la Sombra, en el contexto del País.

Parafraseando con libertad excesiva al poeta y profesor Rafael Cadenas, decimos que aun cuando es cierto que en la vida de las personas “todos los días se vuelven suficientes”, este 22 de diciembre superó lo suficiente y se volvió extraordinario, así lo hicieron sentir los participantes en el acto.
Apreciamos que los organizadores tuvieron claridad para escoger los ponentes y permitieron al Orfeón Universitario, mostrar la cualidad que le es propia: ratificar en cada presentación los pergaminos adquiridos. Su director Raúl López, consciente de la magnitud de la efeméride, acompañó la actividad desde el inicio, interviniendo en los diversos puntos de la agenda hasta el evento final. Así, marcaba el compás, mientras observaba al coro y al auditorio con rostro satisfecho, develando, la maestría que concede el fatigoso trabajo de los ensayos. El Padre de la Parroquia Universitaria Javier Fuenmayor, hizo lo esperado, asumiendo que la Institución representada en su figura, formó parte de los entes fundacionales de la Institución.

Las intervenciones, las palabras de exaltación del padre Fuenmayor y las de agradecimiento de las autoridades decanales, unidas a los comentarios y murmullos de asentimiento de los presentes, se unieron al Orfeón para crear un universo de emociones, de colectiva admiración cercano al culto por la UCV, hasta el silencio fue elocuente. Todos queríamos agradecer, porque formamos parte de esa historia. En el ambiente se constataba que la Casa Docta produce una relación con los ucevistas exenta de intermitencias, como suele suceder con los amigos y los sentimientos, que oscilan de acercamientos a descontentos, porque estamos agradecidos por siempre y seguros de su trascendencia y permanencia. No se conmemora sólo el nacimiento, es su noble, impecable y altivo legado que no se detiene, porque la UCV siempre tiene futuro.

Gracias doctor Emigdio Balda, decano, y al formidable equipo que dirige la facultad de medicina, por organizar un acto poblado de símbolos, valores, palabras, música, de la academia como exaltación del humanismo, sustento imprescindible de la Academia, como la concebían los antiguos griegos. Fue muy realizador acompañarlos, además pudimos participar en el “cumpleaños feliz …UCV, cumpleaños feliz”, con torta incluida para la cumpleañera vestida de moza. Sabemos que eventos similares seguirán organizándose durante este año tricentenario en la UCV.
Impermeables al desaliento
Profesor Amalio Belmonte
Secretario de la UCV