Descollante figura de la generación de estudiantes ucevistas de la segunda mitad de los años ’50 y parte de los años ‘60, cuyos integrantes con valentía extraordinaria, férrea entereza y espíritu de sacrificio y nobleza expusieron sus vidas por la democracia y en defensa de los principios que rigen la Academia, para honra del altivo historial de la Universidad Central de Venezuela.
En las reseñas sobre su vida política, iniciada a los 15 años, le conseguimos, cumplidos los 17 a en el sepelio del poeta Andrés Eloy Blanco, mayo de 1955, que movilizó a la adormecida oposición contra la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, transformándose el acto luctuoso en una protesta airada auspiciada por los estudiantes asistentes, que fuera sometida por las vigilantes fuerzas represivas, conocedoras de lo que representaba el poeta.

Como dirigente del Frente Universitario, Américo Martín, unido a sus compañeros de otras universidades y liceos organizaron actividades clandestinas contra el régimen dictatorial de ese entonces. La mística y disciplina de esos jóvenes sirvió de estímulo para la Dirección de los Partidos Políticos ilegalizados para crear la denominada la Junta Patriótica y asumir con mayor acierto y sensatez las acciones que les correspondía.
El Frente Universitario, con Américo Martín, German Lairet y otros destacados dirigentes estudiantiles, organizó una arriesgada actividad clandestina el 21 de noviembre de 1957, cuando jóvenes universitarios irrumpieron en el Aula Magna de la UCV para leer un manifiesto contra la dictadura durante un Congreso Científico Mundial. Por ello, una vez establecida la Democracia, se decretó el 21 de noviembre como el “Día del Estudiante”. Luego vendría la huelga estudiantil y la huelga general. Américo Martín fue uno de los primeros presidentes de la FCU de la UCV desde 1958.
Resulta comprensible que esa juventud sucumbiera a la ilusión provocada por el fulgor de la Revolución Cubana de 1959. Américo Martin escribió mucho al respecto, con gran sentido y responsabilidad crítica, por el error de haber intentado replicar ese hecho en Venezuela, que a la postre condujo al régimen cubano actual. Dedicó libros y numerosos artículos para cuestionar los sustentos ideológicos del llamado socialismo real y las terribles consecuencias sobre la sociedad. Lo hizo sin descalificar o insultar a sus adversarios, basado en su inmensa cultura política, con excelente información sobre asuntos culturales y geopolíticos. Eso le permitió un sano ejercicio de revisión ideológica-política, sin abjurar de su preocupación por los problemas sociales y económicos que afectan a Venezuela, y a distancia de quienes confunden la lucha política con un coto de caza contra quienes piensan diferente.
Para Nancy, su esposa, y sus hijos mi mayor expresión de pesar y solidaridad.
Adiós Américo.
Prof. Amalio Belmonte
Secretario UCV