

PALABRAS DE LA DOCTORA CECILIA GARCÍA-AROCHA MÁRQUEZ, RECTORA DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA,
CON MOTIVO DEL OTORGAMIENTO DEL
“DOCTORADO HONORIS CAUSA”
AL PROFESOR ARQUITECTO
FRANCISCO JAVIER PIMENTEL MALAUSSENA
(Viernes, 22 de abril de 2022)
Muy apreciado auditorio. Bienvenidos a la Sala de Exposiciones de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de nuestra Ilustre y Tricentenaria Universidad Central de Venezuela. Un caluroso saludo a todos los presentes en esta maravillosa jornada, en nombre de sus autoridades rectorales, personal docente, administrativo y de su comunidad estudiantil.
No puedo dejar de sentir una gran emoción cada vez que debo presidir un acto académico en nuestra institución. En los casi catorce años en que he venido desempeñando el cargo como Rectora de la Universidad Central de Venezuela, en los cuatro que estuve previamente como Secretaria y en los otros tantos años en que me desempeñé como Decana de la Facultad de Odontología, he asistido a innumerables eventos de variados tipos y distintas jerarquías; he tenido la gratificante oportunidad de otorgar incontables títulos, galardones y diplomas; pero cuando estoy presente en un acto tan especial como en el que hoy me encuentro, experimento una particular impresión, ya que estoy presidiendo uno de los más significativos, prestigiosos y llamativos eventos académicos que se llevan a cabo en una institución de educación superior.
Nos embarga una estupenda sensación que, sin duda alguna, involucra un elevado grado de responsabilidad y cariño, bien sea como docente o como Rectora; aún más, tener el placentero compromiso de hacerlo aquí, en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de nuestra Universidad Central de Venezuela, acrecienta mi entusiasmo y me induce a tomar una actitud diferente y de muy exclusiva consideración.
Tales circunstancias y singulares características hacen que el acto de hoy: conceder un Doctorado Honoris Causa, nos colme de orgullo y de inmensa satisfacción, ya que representa uno de los eventos de mayor prestigio para una universidad, porque es un título honorífico que otorga la institución a personas ilustres, cuyas acciones sean notables y que representen un panorama esclarecedor en el campo académico, social o cultural.
“Por causa de honor”, es la traducción desde el latín que subyace a la terminología antes citada; es decir, una cualidad que conduce a uno al cumplimiento de sus deberes, al respeto a sus semejantes y a sí mismo. Es la buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las actividades de servicio, las cuales trascienden a las familias, personas, instituciones, a la colectividad en pleno y a las acciones mismas que resaltan en él y se reconocen. Es un alto honor para personalidades de testimonio social, avalado, íntegro e intachable. Es la máxima distinción que las instituciones de estudios superiores conceden a una persona, en reconocimiento a su trayectoria académica, científica, humanística: y en general, poseedora de unos principios que se identifican con el espíritu y la esencia de altos valores personales. Este título honorífico se otorga en definitiva a personalidades eminentes, que se han destacado en diferentes ámbitos profesionales, así como a la especial vinculación con su universidad, con la sociedad y con el país.
Es por ello, por todas esas características y condiciones oficiales, personales y académicas que he mencionado, que me permito felicitar al profesor Gustavo Izaguirre, Decano (E) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, así como a su personal docente y a sus estudiantes, particularmente a los integrantes de la asamblea de la Facultad, por haber tenido la brillante iniciativa de proponer al Profesor Arquitecto Francisco Javier Pimentel Malaussena, para que la Universidad Central de Venezuela le otorgue el “Doctorado Honoris Causa”. Nos complace confirmar la brillante iniciativa tomada por el cuerpo docente de esta facultad.
Nuestra universidad, se viste, por ende, de gala, para celebrar hoy este magno acontecimiento, en el que se le concede dicha distinción, a un personaje de incuestionables y relevantes méritos. Ya hemos escuchado de manera clara y precisa el inmenso y fructífero historial académico, profesional y personal del profesor Francisco Javier Pimentel Malaussena; el Decano Izaguirre, en su bien detallada disertación, expuso con absoluta claridad la extraordinaria trayectoria de este insigne ucevista, que nos permite, con este acto, hacer un alto en los aciagos momentos que vive el país y nuestra casa de estudios y nos da la posibilidad de festejar con jubilosa alegría un grato momento de orgullo, gozo, tranquilidad, paz y sosiego. Un inobjetable regalo a la academia.
Permítanme traer a colación, que hace exactamente cuatro meses, tuvimos la agradable satisfacción de celebrar los trescientos años de la fundación de nuestra Universidad Central de Venezuela. En un emotivo acto, aclamamos tan memorable fecha. Y he allí, que con el pensamiento de sus tres siglos de existencia, con esa concepción serena de nuestro diario quehacer de quienes regimos los destinos de nuestra casa de estudios, continuamos manteniendo la seguridad y la certeza de que, a pesar del desconcierto que rodea a la colectividad y de la difícil situación que enfrentamos, tenemos clara conciencia y plena confianza de que estamos cumpliendo con el sagrado deber que nos exigen la sociedad y las leyes; y, que hoy, a pesar de las circunstancias, le estamos mostrando al país una de las más enaltecedoras facetas de la UCV: dar a conocer las maravillosas e insignes figuras surgidas de su seno; eximias personas que a través de su excepcional vivencia han contribuido a poner muy en alto el prestigioso sitial que ocupa en nuestro país y en el mundo entero, y que han sido dignos ejemplos para esta generación y lo serán para las venideras. En esa categoría ejemplar, evidentemente, se encuentra ubicada la figura del profesor Francisco Javier Pimentel Malaussena, un verdadero universitario, un incuestionable ucevista, que a través de sus 65 años de servicio profesional y 33 de docencia formó innumerables arquitectos de renombre nacional e internacional. Permítanme extender un saludo especial y una cordial felicitación a los colegas y exalumnos, presentes o no, que tuvieron la dicha de compartir y recibir las experiencias y los conocimientos de tan afamado maestro.
Por estas y por otras múltiples razones le estamos también mostrando al país las indestructibles características de la Universidad Central de Venezuela: el ser libre, democrática, creadora, plural, pacífica y autónoma; la que jamás se doblega y que mantendrá por siempre su sagrada independencia; y que, hoy, gracias a la presencia de tan emérito docente, y con el desarrollo de este hermoso evento, ratificamos la vigencia y prestigio de nuestra casa de estudios y disfrutamos con beneplácito y con suma complacencia tan hermoso momento. Actos como el que hoy presidimos, reafirman el carácter democrático y plural de esta institución, donde permanecen vigentes y se respetan los méritos correspondientes a una trayectoria de integridad y sin el menor rasgo de discriminación. Resulta edificante poder constatar que en la Universidad Central de Venezuela reside, permanece y ha existido una inmensa reserva de talento, de moral, de trabajo constante, de creatividad y de respeto que hoy podemos ver reflejada en relevantes figuras como en la de Francisco Pimentel Malaussena.
Es el profesor Francisco Javier Pimentel Malaussena un digno representante de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, quien durante sus años de estudios, tuvo la inmensa fortuna de recibir clases de eminentes y destacados profesores, como Carlos Raúl Villanueva, José Miguel Galia, Julio Volante, Martín Vegas, Guido Bermúdez, Charles Ventrillón, Cornelius Zitman, Willy Ossott y Ernesto Fuenmayor, entre otros, tal y como lo mencionó en su exposición el profesor Izaguirre. Su excelsa imagen en este evento y su fructífera carrera, nos permite seguir creyendo en nuestra Universidad Tricentenaria llena de gloria y de historia. La presencia de Pimentel Malaussena, su trayectoria profesional, docente y personal constituyen un preciado legado que nos devuelven la fe y nos proporcionan la esperanza de tener muy pronto y de nuevo, un país distinto y mejor y una Universidad Central de Venezuela totalmente independiente y soberanamente libre.
Con gran complacencia celebro la presencia, hoy, de tan afamada asistencia a la sala de exposiciones de la facultad de arquitectura y urbanismo y me permito saludar con profundo respeto y especial cariño a los distinguidos familiares y allegados del homenajeado: Ivonne Torres de Pimentel, su señora esposa; a Mariana Pimentel; a Oscar Capiello y su señora esposa, Isabel de Capiello; a Francisco Pimentel y a su esposa Froila de Pimentel; a José Fragachán y María Eugenia de Fragachán; Antonio Carrero y a su esposa María del Carmen Carrero; a Pedro Pablo Pimentel y a su esposa, Mariella de Pimentel; a Eduardo Urdaneta y a su esposa Cecilia de Urdaneta; a Carlota Malaussena; a Pedro Pérez y a su esposa Froila Pimentel de Pérez; a Diego López y a su esposa Paulina Pimentel de López; a Mabel Helena Pimentel, Mercedes Ferre y a Yolanda Sarría.
Igualmente, saludamos a los profesionales de nuestra UCV: arquitectas Annegert Antonioli; Mariana Jáuregui; Nilda Pinedo, Zulma Bolívar y Silvia Lasala; y a los arquitectos Gustavo Legórburu; Luis Alemán y señora; Edwing Otero y señora; Gabriel Heredia; Oscar Tenreiro; Omar Seijas; Marco Negrón; Alfredo Cilento; Ricardo Grauer; Carlos Itriago; Nicolás Labroupulos; Jacobo Koifman y Franco Micucci.
Nuestro saludo y reconocimiento también a los invitados especiales, arquitectos Azier Calvo, Padrino del Doctorado; Jorge Rojas, Danilo Koening, Jesús Yépez, Roberto Assiso y Mario González.
Igualmente, me permito reconocer el valioso trabajo del profesor Henrique Vera, quien tuvo a su cargo la preparación de la declaración de méritos del galardonado y prestigioso docente.
Para todos, así como para el resto de la audiencia, nuestro agradecimiento por resaltar con su presencia la brillantez y majestuosidad de este magnífico acto.
Nuestro eterno reconocimiento y palabras de satisfacción muy sinceras al profesor Raúl López Moreno, director de nuestro querido Orfeón Universitario, Patrimonio Artístico de la Nación, al igual que a sus apreciados integrantes, quienes, como siempre, con sus bien timbradas y afinadas voces nos acompañan en todas las actividades que llevamos a cabo en nuestra universidad.
Me viene a la memoria un viejo adagio que reza así: “hay hombres que luchan un día y son buenos; hay quienes luchan muchos días y son muy buenos; hay quienes luchan por años y son mejores; pero, están los que luchan toda la vida: esos son imprescindibles”. En este último renglón colocamos sin duda alguna y con denodado orgullo al profesor arquitecto Francisco Javier Pimentel Malaussena. Un incansable luchador que se constituye en personalidad ineludible para el presente y futuro del país. Nos complace sobremanera haber concedido este Doctorado Honoris Causa a tan renombrada figura, que es y será por siempre persona perenne e indispensable en el devenir académico de nuestra casa de estudios.
Estimado profesor Pimentel Malaussena, hoy ha sido un día memorable e inolvidable. La Universidad Central de Venezuela se ha engrandecido una vez más al celebrar un acto que nos hace vibrar de emoción y entusiasmo y nos permite afirmar que la Venezuela que queremos, existe y sigue vigente; y que figuras como la suya enaltecen y colman de orgullo a nuestra institución y al país. Su envidiable, fructífera y provechosa trayectoria personal y profesional nos cubre de una enorme y placentera satisfacción y su nombre, su figura y el galardón que hoy le concedemos nos permite confirmar que gracias a usted, y a su brillante carrera, la Universidad Central de Venezuela se mantendrá siempre como lo que es y ha sido; cultura de luz y paz, libre, democrática, plural y por siempre autónoma.
Felicitaciones de nuevo y muy buenos días.
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