La periodista y escritora Maruja Dagnino (@marujadagnino) expuso en el 2do Seminario Nacional del Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la Universidad Central de Venezuela (@inincoucv) los resultados de su trabajo enfocado en los discursos de odio, protesta y defensa nacidos a raíz de la fiesta realizada en el Kusari Tepuy ubicado en el Estado Amazonas organizada por personalidades de la farándula venezolana donde se vio comprometida la flora y fauna de este espacio.
Durante el seminario “Conectados y Desconectados” organizado por el Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la Universidad Central de Venezuela, ININCO, Dagnino destacó los mensajes negativos que recibieron Osmel Sousa y Titina Penzini a causa del evento realizado en la zona protegida mencionada anteriormente.
La periodista analizó y clasificó 32 de los mensajes descalificadores dirigidos a estas personalidades a través de la red social Twitter, donde se evidenciaron 24 adjetivos calificativos. De estos mensajes 18 se consideran hostiles, 21 humillantes, 2 mostraron signos de acoso, 12 desacreditaban a sus objetivos, 5 fueron discriminatorios, 17 usaron la ironía; solo cinco mensajes fueron en defensa del ambiente.

Dagnino estudió el origen de estos discursos de odio donde se evidenció mediante análisis históricos la presencia de los mismos desde tiempos Antes de Cristo, como en la historia de Caín y Abel, hasta en la historia contemporánea global, ejemplo: la manera en que Adolf Hitler inculcó el odio y la supremacía blanca a sus seguidores.
En el ámbito nacional, la periodista Dagnino señaló los discursos de odio expresados en la opinión publica en los últimos 20 años. Destacó como en sus inicios los mismos eran emanados desde el Ejecutivo Nacional, específicamente por el presidente Chávez, quien explotó las heridas de la sociedad venezolana, apuntando a la envidia y el resentimiento y los transformó en odio.
Posteriormente, estos discursos se arraigaron no solo en un lado político sino en ambos bandos lo que originó una cultura de odio y amedrentamiento en cada acción que el opuesto hiciese.

Como resultado de esta investigación, la autora señaló que el odio es un sentimiento natural del ser humano y que reprimirlo sería una muestra de censura hacia el individuo. Por consiguiente, señaló que la Ley Contra el Odio Implementada por el Gobierno no es una solución hacia esta problemática sino un amedrentamiento a la libertad de expresión, muestra de esto son los 45 casos donde esta normativa fue invocada hacia personas cuya opinión expresaron por algún medio que derivó en un total de 101 violaciones a la libertad de expresión.
Como solución a esta investigación Dagnino plantea que en principio no se debe aplicar la “ley contra el odio”, sino se debe desarrollar ideas innovadoras que ayuden en la deconstrucción del tejido social para trabajar con las personas que están cansadas de este discurso violento, y hacer énfasis en el acercamiento entre partes para ver los puntos de encuentro y plantear soluciones reales a este tipo de problemas.