El programa de inducción de servicio comunitario de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela FAU-UCV, recibió nuevos estudiantes para ser formados, proporcionándoles herramientas que contribuyan con su compromiso social en el campus universitario y las comunidades.
El profesor de la FAU-UCV Pablo Molina, señaló que es una actividad complementaria a la actividad académica.

“Es una experiencia pertinente, útil para su formación como arquitectos. Aprenden a involucrase y detectar las necesidades de las comunidades para elaborar diagnósticos y en conjunto con la sociedad, generar proyectos transformadores de la realidad actual, hacía los objetivos planteados”.
Molina destacó varios ejemplos que se han desarrollado en la zona de Los Palos Grandes y Petare.
“Una de los trabajos realizados fue que motivado a que se perdió información original de la comunidad de Los Palos Grandes, se construyó la historia y memoria arquitectónica con levantamiento de gráficos, dibujos y planos de las edificaciones durante 5 años. Ese proyecto fue una experiencia para los estudiantes y la ciudad, todos ganaron”, señaló.
Con respecto al proyecto en el Barrio Nuevo Julián Blanco de Petare, el docente señaló, que se construyeron 14 micro plazas en convenio con la Alcaldía, Gobernación de Miranda y actores comunitarios.

“Todos aprendimos y llegamos a unos resultados; unos más felices que otros, unas plazas quedaron mejores que otras por cada uno de los diagnósticos que se realizaron ya que respondían a una necesidad más real”.
En el curso de inducción, estudiantes pueden escuchar las experiencias de compañeros que ya realizaron sus proyectos. Es el caso de Melissa Morales, cuyo trabajo “Colores y Jardines”, fue en los espacios de La FAU-UCV, el objetivo principal era recuperar el paisajismo.
“Tratamos de mostrar el sentido de pertenencia en los espacios de nuestro campus ucevista, de manera que todos podamos cuidar, respetar y proteger para que perduren en el tiempo”.

Lucía González realizó su trabajo comunitario con apoyo del profesor Molina. “Ha sido una de las experiencias y actividades más llamativas y particulares de toda mi carrera, porque sientes que estás haciendo algo; además de un trabajo propio, estás trabajando por el bien de algo que que te brinda todo como es la universidad”.
El programa de inducción de servicio comunitario dura 120 horas y los estudiantes pueden hacerlo en 2 semestres.