UCV Noticias conversó hace unos días con el Director de Seguridad de la Universidad Central de Venezuela, Agustín Chirinos, quien habló sobre las actividades que se realizan dentro de la Ciudad Universitaria en la materia, resaltando el hecho de que los miembros de esa dependencia, adscrita al Rectorado de la UCV, han seguido activos durante este período de pandemia.
Chirinos explicó las dificultades a las que se enfrenan los funcionarios que trabajan dentro del recinto, indicando que el resguardo de las instalaciones y de la comunidad universitaria resulta cada vez más cuesta arriba
«Como todos sabemos, la UCV se encuentra rodeada por barriadas de Caracas. Esto hace complejo y difícil el tema de la seguridad aún con el esfuerzo que hace el personal adscrito. Hay que recordar que además de las actividades académicas, la universidad presta servicios principalmente en el área de salud. Por ello, hay una gran afluencia de personas que siguen visitando la Ciudad Universitaria»
Agustín Chirinos

Agrega que durante este año y medio en el cual se ha estado en cuarentena por la pandemia, han mantenido un esquema de trabajo, el cual es conocido por las autoridades universitarias. Este plan se ha establecido «junto con la rectora Cecilia García-Arocha Márquez y los decanos, quienes «acordamos un plan de trabajo para facilitar todo lo relativo a las operaciones del personal de vigilancia que se mantiene en la UCV».
Al respecto, Chrinos señala que son muchos los obstáculos que hacen difícil dar la respuesta que la comunidad espera. Uno de ellos es el déficit presupuestario, «el cual impide que podamos adquirir las herramientas de trabajo básicas». Cuenta así que debido a este déficit no se cuenta con la tecnología necesaria, incluyendo radios portátiles, y ello impide la comunicación entre los funcionarios que se encuentran en diferentes puntos del campus. Se trata de un elemento indispensable en toda estrategia de seguridad.
«Eso nos limita a la hora de dar respuesta inmediata y atender una emergencia», acota. En caso de que se presente algún hurto o robo, sin vías de comunicación no es posible la interacción inmediata y rápida de una dependencia a otra. Este tipo de carencias producen un caos que no permite dar una respuesta efectiva.
Chirinos habla así de la crisis presupuestaria de la universidad y relata que la situación es crítica. Lo que fue otorgado a la UCV para sus operaciones y funcionamiento en 2020 no fue suficiente. Además, a esta fecha, el 75% de esa asignación no ha sido entregada.
A ello se suma que en 2021 el Ejecutivo solo otorgó solo el punto 27% del presupuesto ley. Todas las dependencias están sin presupuesto y sin personal. No pueden cubrir las necesidades básicas de funcionamiento. Tampoco se pueden ofrecer los servicios. Lo mismo sucede en el campus Caracas y en Maracay. No se trata de que la Universidad no tenga la disposición de hacer las cosas.
Agustín Chirinos
El problema con los autodenominados tomistas
El director de Seguridad habla de la situación irregular que se presentó en la universidad el año pasado, cuando en el mes de enero un grupo de ex vigilantes tomó parte de las instalaciones de la dependencia. Sobre ello, indica que, a la fecha, las instalaciones y los equipos siguen secuestrados y no se tiene acceso al sitio y a muchas herramientas de trabajo con las que contaba la Dirección, entre ellas motos y radios.
«Esta situación, con los autodenominados tomistas, se suma a las dificultades que los vigilantes activos ya enfrentan y que impiden que puedan realizar sus actividades «.
El directivo cuenta que todo partió del descubrimiento, en 2015 (cuando Chrinos asume el cargo), de que miembros del personal operario y supervisor de la Dirección incurrían en situaciones graves dentro del la Universidad. «Se descubrió que había un grupo de vigilantes que atracaban a miembros de la comunidad y que fueron identificados en flagrancia. Se robaban también equipos y materiales del campus y muchos seguían cobrando aún estando fuera de nómina».
«Entre ellos se hallan unas 6 a 7 personas que ahora se denominan tomistas», según relata Chirinos, quien afirma que el descubrimiento de estas irregularidades generó una depuración del personal, teniendo que retirar a unos 200 vigilantes. Se trata de personas «que nunca debieron estar en la nómina de la UCV».
Debido a todas las irregularidades detectadas se comenzaron a hacer correctivos y ello generó el malestar de este pequeño grupo que, además, ya no es parte del personal de la universidad. «Hicimos una acción con el acompañamiento de la Oficina de Asesoría Jurídica de la UCV en la Fiscalía 87 de Caracas y esperamos respuesta para poder desalojar a estas personas».
En este punto, Chirinos recuerda los criterios establecidos para la contratación de personal de vigilancia en el Manual de Cargo Obrero, que aún está vigente. Se pide que sean bachilleres y que hayan prestado servicio militar o servicio en algún cuerpo policial con experiencia mínima de tres años.
Nosotros hacemos la selección y la Dirección de Recursos Humanos se ocupa del resto del trámite, como hacer las evaluaciones para enviar a la persona al servicio médico. Posteriormente se investiga si tiene o no antecedentes o ha estado involucrado en alguna situación que nos pueda afectar. Nos tomamos muy en serio este trabajo para garantizar que la persona que ingrese cumpla con las expectativas que la institución y la comunidad exigen.
Agustín Chirinos
En cuanto a la relación con los cuerpos de seguridad del Estado, Chirinos afirma que se mantienen en contacto con el equipo de CICPC en Santa Mónica para atender las situaciones que se han presentado en la Ciudad Universitaria. También están en contacto con el cuadrante 2 de la parroquia San Pedro.
«Ellos nos han hecho el acompañamiento. También hemos ido en representación de la Universidad a reuniones del Ministerio de Interior y Justicia y el Ministerio de Educación Universitaria que se han hecho en la Universidad Nacional de Seguridad». Allí han contado con el acompañamiento del Vicerrector Administrativo y Secretario de la UCV, Amalio Belmonte.
Explica que estuvieron haciendo eso a lo largo de un año antes de que iniciara la pandemia. Cuenta que allí se habló de la instalación de cámaras, botones de pánico y de emergencia dentro de la UCV y se dijo que volverían colocar el punto de control de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) a unos metros de la entrada de la Ciudad Universitaria como apoyo a los vigilantes.
«Pero a pesar de que se envían comunicaciones con las solicitudes nos hemos quedado esperando respuestas. La universidad se encuentra sola con todos los que hacemos vida en ella. Los que estamos aquí somos los que hacemos los mayores esfuerzos para mantener ese espacio».